Las personas con apnea del sueño pueden tener un mayor riesgo de complicaciones y hospitalización por COVID-19. Si te han diagnosticado COVID-19 debes seguir las indicaciones de tu médico. Algunas recomendaciones básicas son:
Usa el CPAP de manera habitual a menos que recibas otra indicación por parte de tu médico.
Duerme en una habitación separada si eres el único con diagnóstico de COVID para evitar el contagio a tus familiares.
Si no puedes aislarte en una habitación separada, o necesitas un cuidador permanentemente, debes tener en cuenta que el equipo de CPAP puede aumentar el riesgo de contagio a las personas que duermen cerca, por lo que debes consultar con tu médico si debes suspender el tratamiento durante los días de aislamiento. El médico te indicará los pasos a seguir tomando en cuenta el riesgo y beneficio del uso del CPAP según tu caso.
Es posible que durante el tiempo que no uses el CPAP, puedan regresar los síntomas de apnea del sueño, como el cansancio y los ronquidos, los cuales deben volver a la normalidad al restaurar el tratamiento.
Mantén la habitación con buena ventilación y la puerta cerrada.
Limpia el equipo diariamente según sus especificaciones.
Limpia las superficies de la habitación diariamente ya que pueden caer gotitas y propagar la infección a otros miembros de la familia.
Si cuentas con un oxímetro de pulso, vigila tu oxigenación diariamente.
No te automediques. Toma los medicamentos indicados por tu médico.
Si te molesta el equipo o estás muy congestionado, consulta a tu médico los pasos a seguir (puede ser que debas dejar de usar el CPAP durante el periodo de infección aguda si así te lo recomienda tu médico).
Puedes solicitar una consulta virtual si requieres mayor información o consultar tus síntomas.
Vigila los síntomas de alarma por los que debes acudir a recibir atención médica inmediata al cuarto de urgencias, como la falta de aire, opresión torácica, oxigenación menor de 95% de forma persistente, empeoramiento de los síntomas, desmayos, confusión, vómitos o diarrea que imposibiliten la alimentación adecuada, entre otros.
Si te has recuperado de COVID-19 y tienes algún síntoma respiratorio persistente, como falta de aire, tos que no mejora, cansancio excesivo, ruidos o silbidos al respirar, acude a tu neumólogo para una evaluación oportuna.
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